Mi
trabajo tiene por objetivo provocar conmoción sensorial en quien lo contemple a
través de la transgresión de su percepción cotidiana, alterando de esta forma
la experiencia convencional. Busco con la pintura colmar el espacio visual a
partir de colores saturados y la simulación de volúmenes inestables y dinámicos
que puedan ser percibidos orgánicamente desplazándose a olores, sensaciones
térmicas, sabores. En definitiva, me planteo lograr una desorientación
sensorial extrema al punto que no deje espacio siquiera a la reflexión.
En
mi proceso creativo fusiono teorías del color investigadas a partir de los años
20´s con procedimientos digitales de manipulación de la imagen, comenzando la
elaboración del trabajo con este último. Busco un diálogo con los materiales y
las herramientas que utilizo, y en este sentido la manipulación digital
comienza a compartir la autoría conmigo ya que se alternan mis decisiones con
su interpretación de formas y tono. Desarrollo digitalmente
la
imagen en escala de grises, luego traduzco con pintura el valor a relaciones de
color y textura. Estas relaciones plantean un tema importante: la interacción
entre el sujeto y los medios tecnificados de producción.
Mis
referentes formales son extremadamente variados y sin conexión aparente.
Recurro tanto a la tradición pictórica de las vanguardias y al pop art, como a
mis experiencias cotidianas en relación con los fluidos; las cuales pueden ser
tan románticas como contemplar el mar al atardecer observando su movimiento
multidireccional, o tan domésticas como vaciar el cubo después de fregar y
quedarme mirando las formas producidas por el agua al caer, para acabar
desapareciendo por el desagüe.
Si
bien la pintura recoge una gran tradición representacional, me propongo que mis
cuadros traspasen una lectura formal creando emociones sin anécdota
reconocible. Busco conjugar en la imagen lo artificial con lo orgánico de
manera coherente, huyendo de la representación figurativa y referencial. He
encontrado en la pintura abstracta un medio idóneo para esto, en cuanto que la
abstracción no requiere de imágenes reconocibles, sino que se sostiene con sus
propios recursos como referente evocador de sensaciones, emociones e ideas.